Los campos de conocimiento en la formación docente

La Adaptación a la Universidad en Estudiantes de Enfermería: Una Comparación entre Estudiantes Militares y de Población General

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Resumen de la Ponencia:

 

Uno de los momentos más críticos para adaptarse a la vida universitaria son las primeras seis semanas, sobre todo cuando se trata de residencias estudiantiles donde el alumno/a debe dejar un ambiente conocido y relativamente seguro como lo era su casa o su escuela secundaria y adentrarse al mundo universitario donde rige la autonomía y el entorno es completamente distinto (Larose et al., 2019; Mattanah et al., 2010; Pérez et al., 2020; Tinto, 1987; Veldman et al., 2019). Particularmente, en la Carrera de Enfermería se identificaron dos momentos de mayor deserción: 1) Durante el primer año de la carrera y está relacionado con factores de índole personal tales como las representaciones sociales que tenían al inicio de la carrera, la falta de motivación previa y dificultades académicas; y 2) Cuando se insertan en las prácticas hospitalarias donde los estudiantes deben confrontar todo lo adquirido teóricamente hasta el momento con la praxis en un centro de salud (Álvarez Pérez y López Aguilar, 2019).

No lograr una adaptación adecuada no solo puede conducir a la deserción de la vida universitaria sino también generar consecuencias que exceden el ámbito educativo y afectan directamente la salud del alumno/a (Alavi y Mansor, 2011; Carayon y Gilles, 2005; Chernomas y Shapiro, 2013; Dominguez-Lara et al., 2019; Soledad et al., 2012; Taylor y Pastor, 2007). Esto conduce a interrogarse acerca de la adaptación a la universidad (Mthimunye y Daniels, 2019).

La adaptación a la universidad es una construcción compleja y multifacética que exige del alumno/a el despliegue de una serie de recursos que van más allá del rendimiento académico (Baker y Siryk, 1984; Gravini Donado et al., 2021; López Angulo et al., 2021). La adaptación a la universidad es un proceso determinado por múltiples factores sociales, institucionales y académicos (Sahão y Kienen, 2021). La adaptación académica se refiere a cómo los estudiantes se enfrentan a las nuevas formas de enseñar y a ser evaluados, a los requisitos académicos y a las responsabilidades que deben asumir en este nuevo contexto (Chakraborty y Maity, 2020; Ramsay, Barker y Jones, 1999); mientras que, la adaptación social, está relacionada con la capacidad de los estudiantes para alternar su vida académica con su vida familiar, social e incluso laboral (Gravini-donado et al., 2021). Finalmente, la adecuación institucional consiste en la percepción y satisfacción que los estudiantes le atribuyen a la institución que eligen para sus estudios universitarios (Caetano et al., 2020).

Si la adaptación a la universidad constituye en sí misma un proceso complejo, esto adquiere aún más matices cuando se trata de estudiantes militares que deben adaptarse no sólo a un nuevo estilo de vida, sino que deben dejar atrás la vida civil para adentrarse en una cultura organizacional militar completamente distinta a lo que estaban acostumbrados. Cuando se trata de estudiantes militares no sólo tienen que cumplir con las exigencias de cualquier otro alumno/a como es la rutina académica que implica horas de estudio, asistencia a clases y exámenes, sino que también deben realizar el entrenamiento militar que trae aparejado un constante desgaste físico (Palma Rosinha y de Andrade Júnior, 2020). A su vez, estos estudiantes realizan todas estas actividades bajo la modalidad de internado, por lo que deben dejar atrás sus hogares, sus costumbres de vida y el contacto diario con sus seres queridos, para vivir en la institución educativa con rutinas completamente distintas. Allí, deben apropiarse de una nueva rutina militar, deben convivir con sus compañeros/as, ajustarse a determinadas reglas y horarios, responder a autoridades militares entre otras cosas (Bola, 2017; Martins y Lopes, 2013). Por lo tanto, la adaptación a la universidad de estos estudiantes comprende características propias que deben tenerse en cuenta, sin embargo, son escasas las investigaciones sobre adaptación a la universidad en contextos militares (Palma Rosinha y de Andrade Júnior, 2020).

La escasez del personal de Enfermería y, más aún, de Enfermería Militar, es una preocupación a nivel mundial. Lo que se ha evidenciado aún más a partir de la pandemia derivada de la enfermedad por Coronavirus (COVID 19). De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, de no revertirse esta situación, se verá comprometida la calidad de atención, lo que dificultará el alcance de las metas de salud en la mayoría de los países, principalmente en los que se encuentran en vías de desarrollo. 

Por tal motivo, resulta tan importante dedicar tiempo al estudio y a la generación de políticas y tecnologías que tiendan a reducir la deserción de estudiantes de Enfermería. A partir de la pandemia por COVID-19 diferentes países comenzaron a interesarse en esto dada la necesidad de contar con este recurso humano. Esta investigación forma parte de un proyecto de mayor envergadura que se está desarrollando en el Colegio Militar de la Nación y constituye un peldaño inicial y fundamental para desarrollar tecnologías para evitar la deserción. Esto se logrará a partir del conocimiento acerca de la adaptación de los estudiantes de Enfermería a la universidad.

Este estudio se propone, por un lado, conocer si existen diferencias en la adaptación social, institucional y académica a la universidad entre estudiantes militares (o también llamados cadetes) y estudiantes de población general (o también llamados civiles). Por otra parte, se buscó analizar si existen diferencias en los niveles de adaptación a la universidad de acuerdo al año de carrera.

 

 

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