INTRODUCCIÓN
Las desigualdades aparecen como tema en las agendas políticas desde el inicio del nuevo siglo, con el horizonte de promover procesos de democratización y ampliación de derechos desde mandatos de inclusión social e igualdad.
Los ámbitos educativos, en tanto espacios de socialización, son claves en la construcción de subjetividades. Son un ámbito donde además de transmitir información, se construye conocimiento, así como las formas de habitar y comprender el mundo, así es que no solo incorporan estas preocupaciones, sino que también suman debates y tensiones.
Si bien podemos considerar que en la actualidad los diferentes escenarios educativos son espacios de reproducción de lógicas capitalistas, patriarcales y heteronormadas que generan desigualdades, discriminación y violencias, también son escenarios de producción y generación de resistencias.
Muchos de los parámetros que, de manera implícita u oculta, se transmiten en las instituciones, surgen de docentes que pueden traer marcas de represión y resistencia, ya que a lo largo de su vida personal y escolar han sido invisibilizades, negades, abusades, o subestimades construyendo así, patrones de comportamiento que afectan las maneras de entender y acompañar las construcciones identitarias.
Ahora bien, siendo que las instituciones educativas de todos los niveles se encuentran insertos bajo los parámetros del poder hegemónico, es preciso preguntarse:
¿es posible hacer una formación inclusiva e igualitaria en una sociedad con múltiples desigualdades? ¿Cómo se piensan en las instituciones las “diferencias” sin invisibilizar ni estigmatizar? ¿Cómo generar espacios socioeducativos que promuevan oídos y voces desprejuiciadas frente a las diversidades? ¿Qué acciones concretas se proponen en la resignificación de diversidades?
El presente trabajo cuestiona el lugar de las instituciones educativas y sus docentes enmarcado en los debates que trae la pedagogía crítica y las epistemologías del sur, en clave con perspectivas de género, interseccionalidad[1] e interculturalidad.
A su vez intenta ser un aporte para les estudiantes de los Institutos de formación docente que se proyectan como profesionales, en tanto, no solo deben prepararse para acompañar todas las diversidades sino también, deben reflexionar y debatir acerca de los desafíos y las transformaciones político pedagógicas que atraviesa su propia formación.
Desde el eje N° 4 (la implementación de la ESI en las instituciones de formación docente), se presenta un recorte de un trabajo desarrollado en el ISFD “Dr. Néstor Kirchner” de la provincia de Buenos Aires, a fin de reflexionar acerca del desafío que se presenta en la formación docente, en términos de acompañar, habilitar y legitimar todas las diversidades durante la vida escolar, sin esconder u ocultar cargas emocionales condicionadas por los parámetros hegemónicos en los que se conforman las sociedades occidentales.
[1] La interseccionalidad es un marco diseñado para explorar la dinámica entre identidades coexistentes (por ejemplo, mujer, negra) y sistemas conectados de opresión (por ejemplo, patriarcado, supremacía blanca).
